La Generación Z es una audiencia exigente, crítica y muy conectada, que valora la autenticidad y la responsabilidad social. Muchas marcas han cometido errores al no entender estas características, lo que les ha costado campañas fallidas y daños en su reputación. Un caso emblemático fue la campaña de Pepsi con Kendall Jenner en 2017, que intentó aprovechar temas de protesta social para vender un producto. La campaña fue percibida como insensible y superficial, trivializando movimientos sociales serios como Black Lives Matter, lo que provocó un rechazo masivo y la retirada inmediata del anuncio.
Otro error grave fue el de la marca de ropa H\&M, que generó una fuerte polémica al publicar una imagen de un niño afrodescendiente usando una sudadera con la frase “Coolest Monkey in the Jungle”. La rápida viralización de esta imagen en redes sociales desató una ola de críticas de la Generación Z, que percibió el mensaje como racista y ofensivo, generando boicots y daños a largo plazo para la marca. Estos casos demuestran que, para conectar con la Generación Z, las marcas deben ser auténticas, inclusivas y tener un profundo entendimiento del contexto social y cultural actual.
Además, un error común en las campañas dirigidas a esta generación es el uso excesivo de “tendencias” sin un propósito claro o un conocimiento real de su significado. Intentar parecer “cool” usando memes, hashtags o jerga popular sin entender su contexto puede resultar en campañas forzadas o incluso ofensivas. La Generación Z detecta rápidamente cuando una marca es poco auténtica o intenta subirse al tren solo para vender, lo que puede provocar rechazo y pérdida de confianza. La clave para las marcas está en escuchar, aprender y ser genuinas en su comunicación digital.